Dual

Se me anuda el cuello,
se me dobla la voz
y la vertiente de mi voluntad se vuelve nula.
Me deambula el hambre
como un perro hueco, laico, de nadie.
Dejo drenar mi mente donde descanse
o donde la desaten
o donde se desangre.
Diverjo,
depreco.
De pronto me trepo,
me arrojo,
increpo.
De nada me ayuda lo dado.
Denota la duda mi huida.
Me esfuerzo en desandar lo andado.

Y mientras tanto...
este intento de anular la dualidad.

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